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AARP Blog – Considera estas estrategias para invertir y ahorrar al máximo.

¿Cuántas veces has oído el consejo de que es mejor esperar a los 70 años antes de reclamar tus beneficios del Seguro Social? Y tiene mucho sentido, pues según esta misma agencia gubernamental, tus beneficios crecen un 8% por cada año que pospongas reclamarlos, hasta llegar a los 70 años. Ya cumplida esa edad, habrás obtenido la cantidad máxima que te corresponde en base a tus aportes durante tu vida laboral.

Además, no hay por qué dejar una carrera, o un trabajo que nos satisface, si aún tenemos interés y oportunidad. Es muy posible que tú, como muchos otros, estés planificando trabajar hasta los 70, con miras de mantenerte activo y, ya de paso, asegurarte una mensualidad más alta en calidad de Seguro Social. Pero hoy te invito a explorar de qué otra forma podrías sacarle provecho a esos beneficios que te has ganado a lo largo de los años.


Saquemos cuentas  

Antes que todo, debes entender que el Seguro Social está diseñado para reemplazar solo el 40% del ingreso que una persona obtuvo en los treinta y cinco años con mayores ingresos de su vida laboral. Si no tienes treinta y cinco años de ganancias, se utilizan ceros en el cálculo, lo que reducirá el monto final. Por lo tanto, suplementar ese otro 60% entre inversiones y ahorros tiene que ser una prioridad. Piensa que, según datos de la Administración del Seguro Social, un hombre que cumpla 65 años hoy en día tiene una expectativa de vida, en promedio, de 84.3 años. Una mujer de la misma edad tiene una expectativa de vida promedio de 86.7 años. Ahora que las personas viven más tiempo, necesitan tener en cuenta que sus ahorros e inversiones también deben durar más. Y si para los 50 años no tienes por lo menos $300,000 en ahorros jubilatorios, debes concentrarte en fortalecerlos agresivamente y en mejorar tu situación financiera en general.

¿Cómo mejorarla? Es cuestión de sumar y restar. Buscar formas de aumentar ahorros, ingresos o inversiones; y eliminar gastos y deuda. Aquí te presento opciones para hacer crecer tus ahorros utilizando estratégicamente tus beneficios del Seguro Social.

Conoce el sistema

En primer lugar, determina cuál es tu “edad plena de jubilación”, según define la Administración del Seguro Social. Los nacidos entre 1943 y 1954 arriban a la edad plena de jubilación al cumplir 66 años. Esta “edad plena” —la edad a la cual tienes derecho a recibir el 100% de los beneficios que te corresponden— aumentará paulatinamente hasta que, a partir de los nacidos en 1960, la edad plena de jubilación se fije en 67 años. Puedes reclamar y cobrar beneficios de Seguro Social desde la edad de 62 años, pero recibirás hasta un 30% menos del monto que te corresponde a la edad plena de jubilación, de por vida. Si esperas a llegar a tu edad plena, recibirás el 100% de tus beneficios, y si pospones tu reclamación, tus beneficios crecerán cada año hasta que cumplas los 70 años.

Veamos un ejemplo: si tus aportes al Seguro Social te ubican en el rango máximo de contribuciones y te hubieras jubilado en el 2018, hubieras calificado para recibir $2,158 mensualmente a la edad de 62 años; $2,589 mensuales a los 65; y $3,698 a los 70 años. Una diferencia significativa al solo esperar unos cuantos años.

En segundo lugar: no solo recibes menos si eliges recibir tus beneficios antes de tu edad plena de jubilación, sino que te restarán $1 por cada $2 que ganes por encima del límite de ingresos establecido. En el 2019, solo podrás ganar $17,640 anuales ($1,470 al mes) sin afectar tus beneficios.

Ahora bien. Una vez que cumplas tu edad plena de jubilación, no hay límites de ingresos y podrás cobrar la totalidad de los beneficios que te correspondan sin penalidad alguna, y sin importar cuanto ganas.

Volvamos a sacar cuentas. Si estábamos decididos a trabajar hasta los 70 para maximizar nuestros beneficios, la realidad es que si tomamos esos beneficios antes de los 70 —pero una vez cumplida nuestra edad plena de jubilación— podemos hacer un plan para invertir ese dinero.

Haz la matemática

La clave de nuestro plan está en cobrar los beneficios y no gastarlos, sino sistemáticamente ahorrarlos e invertirlos. Recuerda, puedes cobrar la totalidad de tus beneficios del Seguro Social sin que te penalicen por seguir trabajando y puedes seguir recibiendo tu sueldo normalmente. Piensa que no contabas con esa entrada hasta los 70 años. Por lo que ya tienes un presupuesto para cubrir tus gastos, y este dinero lo destinarás solo para tu jubilación.

Considera estos ejemplos. María llega a la edad plena de jubilación a los 66 años. Recibe $2,500 por mes en beneficios del Seguro Social y lo ahorra a partir de la fecha en que cumplió los 66 y durante los próximos 48 meses (es decir, cuatro años, hasta llegar a los 70), lo que le permite reunir $120,000. Si los invierte a una tasa del 10%, podría aumentar esos ahorros a unos $145,000. Los $25,000 en intereses ganados serán un empujón significativo para su cuenta de retiro.

Por el contrario, Juan esperó hasta los 70 para reclamar su Seguro Social y recibe unos $3,700 mensuales; una diferencia de $1,200 adicionales al mes comparada con los beneficios de $2,500 que, como María, les correspondían a los 66 años. Sin embargo, a sus 70 años, María ya tiene al menos $120,000 adicionales ahorrados, sin contar con cualquier interés. Si Juan decide invertir esos $1,200 adicionales a partir de sus 70 años, le tomaría más de ocho años (100 meses) ahorrar los $120,000 que de otro modo podría acumular en tan solo cuatro años. Mientras que las ganancias de María podrían seguir creciendo y multiplicándose, además de representar ahorros para emergencias, gastos médicos, u otras necesidades.

A final de cuentas, María llega a sus 70 años con un caudal de ahorros que le permite afrontar gastos imprevistos o generar un ingreso. Mientras que Juan arriba a sus 70 sin estos ahorros adicionales y con menos posibilidad de poderlos reunir, si bien con unos beneficios de Seguro Social mensuales mayores que los de María.

Otras opciones

Aunque solo te corresponda o puedas ahorrar una cantidad más pequeña, o tu edad plena de jubilación no sea hasta los 67, saca la cuenta. Por ejemplo, $2,000 al mes por 48 meses serían $96,000. Si ahorras esta cantidad mensual por solo tres años (desde los 67 a los 70 años), aun así, habrás ahorrado $72,000. Aunque solo puedas ahorrar $1,000 al mes, al cabo de tres años suman $36,000, y al cabo de cuatro años, $48,000. Aunque solo lo guardes debajo del colchón, es una buena cantidad que tendrías disponible.

Pero, por supuesto que no te recomiendo que lo guardes debajo del colchón. Desde certificados de depósito en el banco (garantizados hasta $250,000 por la agencia gubernamental FDIC) hasta las anualidades y otras inversiones, existen buenas opciones, con menor o mayor riesgo, que protegerán tu dinero y lo harán crecer.

Recuerda que, en las primeras décadas de tu vida laboral, el objetivo es incrementar el capital de tus ahorros jubilatorios, mientras que, al jubilarte, el objetivo siempre debe ser preservarlos con un portafolio de bajo riesgo. Saca tus cuentas o habla con un consejero financiero para saber de qué manera te puede favorecer la opción de invertir tus beneficios del Seguro Social para aumentar tus ahorros jubilatorios, sobre todo si no has ahorrado lo suficiente al momento del retiro.

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